lunes, 17 de febrero de 2025

Comentario: El pez apocalíptico

 Hay muchos que se preguntarán ¿qué significa su presencia por las claras aguas de la superficie? Esta pregunta surge respecto de la aparición de un pez abisal llamado “Diablo Negro” o rape abisal, que fue visto cerca de la superficie próximo a las costas de Tenerife, en España. Se supone que este tipo de criaturas viven inmersas en las profundidades, y no es para nada común verlas aparecer por las zonas claras de la superficie. Este hecho ha generado en el internet y, obviamente, en las redes sociales, una serie de interpretaciones de tipo apocalíptico, que rayan quizás en lo ridículo. Se afirma en algunos Reels que la presencia de este visitante de la profundidades puede ser el aviso de calamidades venideras. Bajo esta lógica se han visto videos en los cuales, los creadores de contenido, manifiestan asociaciones entre un terremoto de 7,6 grados Richter, ocurrido en el mar caribe a unos 209 kilómetros de las costas de las islas Caimán (lo cual obviamente generó alertas de tsunami en varias zonas), y la aparición de este pez. 

¿Es posible que un hecho así, que puede tener diversas explicaciones racionales, se haya desvirtuado en su explicación por creencias religiosas de tipo cristianas, que auguran un fin de mundo inminente, vinculado con señales de este tipo? Parece que la respuesta es clara y no admite dudas: vivimos en una época en la cual la ley es la credulidad. Ese candor de entendimiento, de razonamiento ajado por una desidia galopante, a consecuencia de un desarrollo tecnológico que embruteció a toda una sociedad, en sólo un cuarto de siglo, haya hecho del ser humano una masa crédula y simplona, sin capacidad crítica alguna. Impresionante es, en este sentido, que la población haya perdido estas habilidades cognitivas rudimentarias para tratar de comprender e interpretar la realidad. 

¿Es posible atribuirle a los fenómenos naturales explicaciones religiosas o místicas? Para mí es difícil contestar a esta pregunta, ya que no soy el indicado, pero dejo la interrogante en el aire para quien se anime con ella. Para mí no es válido hacer este tipo de asociaciones, porque en el fondo, el asunto tiene múltiples causas racionales de las cuales sólo somos capaces de hallar unas pocas respuestas, y quedarnos con eso. ¿Qué le hace pensar a los agoreros del fin del mundo, que, efectivamente, este tipo de espectáculo que dió el pez Diablo negro (el que cabe en la palma de una mano), sea la señal esperada para decir que estamos en presencia del final de los tiempos? Así como este fenómeno del pez abisal, también se ha dado hace muy poco, que ciertos ríos en Argentina y Perú, sus aguas se han teñido de un rojo color sangre. 

Si todos estos fenómenos son reales desde la perspectiva bíblica, estamos sonados. Ahora bien, si son naturales, muy naturales, y tienen explicación lógica, estamos en presencia de la cuota de cordura que este cuarto de siglo del XXI necesita. Es que la paranoia ha ido creciendo exponencialmente con publicaciones de videos mostrando imágenes de las profecías de Nostradamus, que supuestamente se han ido cumpliendo al dedillo, según afirman los apocalípticos. 

Desde que supe esta noticia y ví las sobrerreacción y exageración que generó en las redes sociales, sentí que debía alzar mi voz y criticar esa postura crédula que abunda por estos días en las especulaciones de los pesimistas apocalípticos. Por otro lado, hay que revisar cómo la “opinión pública de internet” toma la noticia que habla respecto del asteroide “2024 YR4”. Actualmente la comunidad científica estima una probabilidad de impacto de no más del 2,3%. Hasta ahora es poco probable que el asteroide impacte efectivamente contra nuestro planeta. Por eso es recomendable mantener la calma y no sobrerreaccionar. Una noticia de esta magnitud, que tenga un asidero real, puede hacer colapsar todo; especialmente a los mercados, que son señoras histéricas. Para mí es muy curioso esto que está sucediendo, pero no descarto que tenga una explicación lógica. Si hay una salida mística, espiritual o religiosa, habría que ponerse a rezar. Sobre todo porque ahora se “sabe” que el animal marino llamado Leviatán ha despertado. Supuestamente esta criatura se encuentra frente a las costas de Chile. En fin, es increíble cómo este tema puede llegar a límites especulativos e interpretativos asombrosos. Lo único que nos queda por decir es que lo más bello y poético de todo fue esa ascensión del Diablo negro a la superficie para mostrar una realidad oculta a nuestro entendimiento práctico y materialista. Quizás su mensaje va más por algo simbólico, que cada uno de nosotros debe hallar, o sencillamente es un animal más que ha dejado de lado esta existencia, cumpliendo un ciclo que se ha perpetuado hasta el día de hoy. Lo cierto es que no podemos dejar de ficcionar los hechos de la realidad, y buscamos explicaciones que nos satisfagan esa necesidad. Éste es el mensaje que nos vino a dejar este extraño visitante de las profundidades: les muestro lo que ustedes quieran ver en sus propias profundidades. 


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