jueves, 31 de julio de 2025

Las caras del terror y la violencia en Mariana Enriquez

 Como digo en el título de esta reseña, leer por segunda vez a Mariana Enriquez, ha sido una experiencia agradable que se traduce en varios puntos. “Las cosas que perdimos en el fuego” (2016), es un libro que presenta una colección de doce cuentos de terror, locura, violencia, suspenso; temáticas que se entrelazan en las tramas de cada relato. Por su parte, la autora, le imprime a cada uno de sus cuentos, esa mirada feminista que alza al cielo un grito crítico implíctico; que apunta al machismo y a la sociedad heteronormada, sin lugar a dudas. Todo esto lo hace en el marco de la literatura de terror gótico-urbano, con tintes de realismo sucio u oscuro. Hay en esta obra una mirada interesante y fascinante, que se nos ofrece respecto de lo que entendemos por el miedo y las obsesiones y todo sucede en escenarios muy argentinos, por supuesto.


A ver, este libro es bastante amplio en cuanto a temáticas que aborda. Por este motivo voy a hacer el siguiente ejercicio: nombraré una temática y la vamos a conectar con algún cuento al cual se pueda asociar. 

La violencia de género en el cuento que le da título a este libro es Las cosas que perdimos en el fuego. En este cuento, las mujeres cansadas de experimentar la violencia por parte de los hombres, deciden llevar a cabo pequeñas ceremonias de quemaduras extremas a lo largo y ancho de Argentina, prendiéndose fuego a sí mismas, deformando sus rostros y cuerpos. Acá, la autora protesta respecto de este tema, presentándonos que la deformidad es el único camino que les queda a las mujeres, donde los cánones de belleza, se asocian a expresiones violentas ejecutadas en contra de las mujeres. Un cuento que, gracias a un caso en particular, puede ser la punta de lanza de un movimiento social que puede convertir a sus protagonistas en miembros, prácticamente de una secta. ¿Acaso la peor forma de rechazo por deformidad, no es el rechazo al pobre, que es víctima de la brutal desigualdad social de nuestras sociedades latinoamericanas?

El cuento más representativo de esta temática, sin duda, es el Chico sucio. Esta historia se centra en la visión que tiene una mujer (la narradora) respecto de un niño indigente, que vive en la calle junto con su madre viciosa justo frente a la casa de la mujer, que está en la disyuntiva de ayudar o no al niño. Por ahí, ella tiene ciertos problemas de convivencia con su madre, pero no se atreve a intervenir mayormente por la suerte del niño. El relato sigue con un vértigo peligroso, donde el desenlace es perturbador y muestra toda la violencia y la humillación de la pobreza y la desigualdad social en la Argentina de Enriquez. ¿Esa violencia y humillación de la pobreza, una muestra de lectura de toda una sociedad? Bajo la lógica de esta temática, la de la locura o desquicio, los cuentos que más destacan serían: Los años intoxicados y Pablito clavó un clavito: Una evocación del petiso orejudo. En el primer relato, podemos presenciar a un grupo de amigas adolescentes en la década de los 90 que viven prácticamente para drogarse. Este cuento refleja la locura de toda una generación en la figura de este grupo de amigas. Por decirlo así, la intoxicación y la desorientación son un claro emblema de ciertas experiencias, que tal vez, sean las mismas experiencias de la autora en sus años de juventud, que los lleva a su literatura. Por otro lado, encontramos uno de los relatos más inquietantes de este libro. Un guía turístico se obsesiona con la historia de un famoso asesino, que asoló a sus víctimas; todos niños que fueron masacrados, sin piedad alguna, bajo los signos de la locura de un asesino que gozaba sádicamente de sus víctimas infantiles. El hombre, visualiza en su trabajo, en pleno recorrido turístico, la imagen perturbadora del asesino, que a la larga lo perseguirá de una manera muy particular. Este relato tiene tintes de ocultismo, pues el protagonista afirma que se le aparece este criminal, mientras trabaja en sus recorridos turísticos contando las fechorías del despiadado asesino. Este sujeto, bajo los sones de una locura, es una muestra del desquicio del ser humano, y cómo sus actos, llegan a traspasar los límites de la cordura, cuando aquel guía turístico siente la presencia del nefasto personaje.

Pero la cosa no queda en el plano de lo paranormal, netamente, ya que la obra también aborda la opresión política en Argentina. En La hostería, dos amigas se encuentran después de muchos años de ausencia. El relato está impregnado por un ambiente de sospecha, pero de sospecha hacia los lugares, que muchos de ellos fueron escenarios de los más terribles crímenes de Estado cometidos por la dictadura argentina en la historia reciente de ese país. Todos aquellos sitios, que alguna vez en el pasado fueron lugares de dolor, muerte y violencia, y en consecuencia del horror, dejan sus huellas y proyectan el sufrimiento hasta nuestro presente. En esencia, este es el planteamiento del cuento llamado “La hostería”. Lugares donde el pasado se manifiesta en la función de la crueldad experimentada en el pasado, hace surgir en este relato el dolor de ese pasado sigue vivo actualmente. Acá la opresión política toma el rostro de fantasmas que con sus presencias inquietantes, nos plasman a nosotros, los lectores, toda esa atmósfera que utiliza el género del horror en Mariana Enriquez para representar las heridas históricas de la sociedad argentina. Toda esa carga histórica del horror de esa etapa de la historia trasandina, se ve de manera muy potente en ese terror sobrenatural de este cuento.


En definitiva, podría estar cuento por cuento haciendo este ejercicio asociativo por temática, pero eso sería un desglose carente del espíritu de curiosidad que esperamos que futuros lectores tengan de este libro. Nuestra intención es hacer, en cierto modo, un paseo general, más bien explicativo por los textos más emblemáticos de esta colección de cuentos que se reúnen en este volumen. Para esta autora, por lo menos en este libro, el cuerpo femenino es visto como un campo de batalla, en el cual la violencia y el terror están presentes bajo la figura del abuso, la cosificación y la opresión. Todo acá, en esta obra, se muestra bajo el rótulo de lo simbólico, donde la autoflagelación, la violencia machista y el dolor son utilizados como armas, incluso políticas que reflejan el sufrimiento de generaciones de mujeres sobreexpuestas a la potente violencia de una sociedad descarnada, que no importa que, en este caso sea la argentina, porque en el fondo es el reflejo de la sociedad latinoamericana en términos más generales. 

Hablar de las realidades crudas es en el fondo el uso del terror en la autora, porque lo sobrenatural combinadas con temáticas sociales son el marco perfecto para decir la realidad.

Los escenarios de estás historias están dotados de una personalidad propia, ya que ese espacio es un personaje más al interior de cada relato. Así, por ejemplo, Buenos Aires, con sus barrios callampas, como se dice en Chile, sus cementerios y sus leyendas urbanas; van tejiendo la vestimenta ideal para cubrir estas historias de una verosimilitud asombrosa. 

Las supersticiones que se alimentan en estos relatos, fundan, por decirlo de alguna forma, las bases del “nuevo gótico”, que se ha desarrollado en Latinoamérica. Este género bebe de mitos urbanos, supersticiones y problemas sociales, que sólo por este lado del mundo se dan (tal vez en otros lados también, ande a saber uno), y que la autora adapta a la idiosincrasia argentina con una maestría impresionante y muy original.

Por último, el concepto del mal es presentado bajo una faceta ambigua, ya que ese mal no siempre nos queda muy claro en su origen. Ese mal, esa maldad; se disfraza con muchos rostros: locura humana, fuerza sobrenatural o crueldad sin justificación. Todo esto hace bien aterrador este conjunto de cuentos, dado que la perversidad se puede presentar en cualquier momento y bajo distintas formas o facetas, inclusive en los actos más cotidianos y simples de la vida. Definitivamente, un libro que se puede recomendar perfectamente sin temor a equivocarse. 



sábado, 26 de julio de 2025

Una inmersión en el éxtasis de la razón en MANIAC

 Este libro me ha dejado en cierto modo perplejo; porque, primero, no es muy claro cómo clasificarlo, en términos literarios. No sabemos si es una novela o una serie de biografías bien literarias en su forma y fondo. La obra transita entre la novela, el ensayo novelado y la biografía. Para mí fue una gran lectura, sin importar para nada su estructura, porque la explicación de los temas y de las figuras centrales, fue sencillamente espectacular: un trabajo que el autor tuvo que ficcionar en muy pocas partes del libro. MANIAC, de Benjamín Labatut, es la explicación de los delirios y de las mentes más alucinantes del siglo XX en los campos de la Física, de las Matemáticas, de la Computación, por ejemplo. Dentro de todas las grandes mentes que desfilan en esta obra, sobresale la figura de John von Neumann (Janos), protagonista central de la novela. Labatut nos retrata a este polímata excepcional, que establece una profunda y extraordinaria influencia en muchas áreas; llegando incluso a trabajar con los militares norteamericanos, en el famoso Proyecto Manhattan. Esta novela (para mí es eso) te hace pensar, principalmente, en el destino del ser humano y su relación con las ciencias y la razón, vista ésta como un Dios por descubrir. Y todo comienza con este determinado personaje; que se fascina cuando niño de una máquina que había llevado a casa, su padre, para seguir trabajando en ella. Ese niño era John von Naumann. 


“El sueño de la razón produce monstruos”, había dicho Francisco de Goya en algún momento; y al parecer tenía mucha razón, pues si observamos a estos grandes científicos y sus creaciones, nos quedamos con la boca abierta, por la magnitud de las consecuencias de sus trabajos y teorías. Por ejemplo, para entender las implicaciones más oscuras de la ciencia y del intelecto humano, el personaje de Paul Ehrenfest, es emblemático en este sentido. Con él se inicia la novela, cuando este científico, convencido de la corrupción de la ciencia al principio del siglo XX, decide terminar con la vida de su hijo y con la de él. Este personaje es el puntapié inicial de esta novela y su punto final se relaciona con Lee Sedol, el gran genio del Go a nivel mundial. La obra de Labatut, se articula a través de tres secciones claramente notables. En la primera parte, hay personajes que nos presentan a Neumann y la importancia de su crecimiento intelectual como estudiante brillante y científico excepcional. Su labor, que tendrá como cúspide la bomba atómica norteamericana y la creación de la primera computadora a mediados del siglo pasado; es visto con entusiasmo por la comunidad científica de la época. Por ejemplo está Eugen Wigner, físico y amigo de John von Naumann, que nos presentará a través de su mirada, la figura del genio deslumbrante y enigmático de Neumann. También hablan del genio húngaro, su segunda esposa, Klara von Neumann; quien pasa a ser una figura importante en el desarrollo de la computación. Además, se alude a Robert Oppenheimer, vinculado al Proyecto Manhattan y a la bomba atómica norteamericana. El desarrollo de las Matemáticas y de la incipiente Inteligencia Artificial son, diríamos, el eje central de esta obra. Es tan importante estos dos saberes, que en palabras de los narradores que aparecen en la primera parte del libro (y en la segunda también); el avance en estas materias han abierto una puerta que nos conduciría a la habitación de ciertos monstruos que quizás no debimos haber despertado.


Labatut ha configurado su obra a través de una serie de relatos, que son el reflejo de ciertas anécdotas, de personas con mentes brillantes, que conformaron la poderosa ciencia del siglo XX. Las tres partes de la obra dialogan entre sí, explicando los vericuetos entre los personajes y los temas desplegados en la obra. El relato de los avances científicos de esa época se traduce, por ejemplo, por medio de las palabras de Eugene Wigner, cuando manifiesta: “... lo que nos impulsó no fue la carrera frenética contra los nazis (y luego contra los rusos, y luego contra los chinos, y así, sucesivamente, hasta el fin del mundo); fue la euforia de pensar lo imposible y conquistar lo imposible…”. También muchas voces van construyendo la obra desde el plano más personal acerca de la vida de von Neumman. La contextualización de su vida, está a cargo de las voces de los colegas del protagonista, que trabajaron en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton junto con el genio húngaro. Además, varios estudiantes y familiares de von Neumann enriquecen el relato, en este sentido. Gabor Szegó, manifiesta respecto de von Neumann y muchos de su generación que, “desató a los perros del infierno”. Esta expresión se manifiesta esencialmente por todos los descubrimientos e inventos potencialmente letales para toda la humanidad, que estos científicos llevaron a cabo por esa época. La caja de Pandora dejó salir, en esencia, dos entes con potencialidades disímiles: la Energía Nuclear y la Inteligencia Artificial. Actualmente muchos hay que defienden y atacan estas perspectivas del progreso humano; pero lo cierto es que la caja se abrió y aún estamos perplejos y ansiosos respecto de lo que nos trae para la humanidad, esta caja de Pandora que contiene los sueños y delirios de la razón. 

El gran artífice de la ciencia del siglo XX es sin duda John von Neumann, más allá de la megalítica figura de Einstein, por lo menos eso es lo que nos deja la novela como sensación. Para entender a Neumann, hay que tener en cuenta que era un tipo que se encontraba en llamas, desbordante de pasión por la ciencia y la tecnología. A él se le describe como a alguien que “ estaba poseído por una visión que lo quemaba…”. Creo que en este sentido el nombre de la obra de Labatut es más que la nominación de un artefacto tecnológico: es la manía, la obsesión, la neura de un grupo de sujetos que utilizando los delirios de la razón, descubrieron y crearon lo imposible. 

Lo más importante en esta novela, a nuestro juicio, es la pregunta implícita que nos deja: ¿cuáles son los límites de nuestra razón como especie?, ¿cuáles son los límites que pueden llegar a tener nuestras creaciones? Si pensamos en estas preguntas en función de la última parte del libro, tenemos que reflexionar acerca de la IA y sus consecuencias. “Para el progreso no hay cura” dice el capítulo dedicado a Wigner, y efectivamente es así, porque no tenemos idea hasta dónde llegará el progreso tecnológico y científico: “El progreso se volverá tan complejo y veloz que no podremos comprenderlo. Porque el poder tecnológico en sí es un logro ambivalente, y la ciencia es neutra por completo; prevee medios de control aplicables a cualquier propósito, pero permanece indiferente ante todos. Lo que crea el peligro no es el potencial destructivo particularmente perverso de un invento en específico. El peligro es intrínseco. Para el progreso no hay cura”. Lo que grafica esta cita es la parte que se le dedica al juego milenario del Go, a nuestro modo de ver la obra. En esta sección del libro se cuenta el desafío que debió enfrentar Lee Sedol, el máximo campeón de Go en el mundo, el cual tuvo que batir a duelo con el programa computacional AlphaGo, de la compañía tecnológica DeepMind, en el juego milenario chino. Demis Hassabis, representante de la compañía, fue la persona encargada de crear este prodigio de la tecnología junto con su equipo, para desafiar al campeón. La idea fue establecer hasta qué punto la inteligencia artificial de AlphaGo podría llegar, luchando en un torneo frente a Lee Sedol. Anteriormente, la IA, a fines del siglo XX, logró derrotar al “Ogro de Bakú”, Gary Kasparov, en Ajedrez. Esto había marcado un precedente, de lo que vendría en el Go. Desde que la inteligencia artificial que sólo computaba prácticamente el infinito en el ajedrez (jugando en bruto), hasta cuando llega a derrotar al sur coreano en Go, en 2016, el crecimiento de ella fue potente y exponencial; pues ya no sólo hacía eso, sino que en el momento en que se enfrenta al oriental en Go, la IA, prácticamente tiene sentido común desarrollado; aprendiendo de sí misma y jugando al Go con su “subconsciente”, algo que era privativo del ser humano. La apoteosis de la máquina por sobre el ser humano ha llegado para instalarse en nuestras vidas. Se ha arribado al momento en que ya nos duele el hecho de tener la razón; aquella capacidad de los Sapiens, que nos diferencian de los animales y nos acercan a los dioses. El éxtasis quema, dijo una vez Roberto Bolaño; nosotros, con suerte, podemos ver sus destellos, y si vemos todo, nos destruimos. No sabemos qué nos puede deparar el avance tecnológico y científico, si será algo bueno o malo; pero sí sabemos que debemos estar en guardia, y no entregarnos sencillamente a ciegas, a nuestros demonios provocados por el sueño de la razón desmedida. 


sábado, 19 de julio de 2025

Monterroso y la crítica del conocimiento occidental

Pocos textos he leído de Augusto Monterroso, lo debo confesar. Tengo una tremenda deuda con este autor, y con tantos otros, que la lista se hace interminable y lo digo en serio. Nacido Monterroso en Honduras en 1921, pero siempre sintiéndose guatemalteco, vivió varias turbulencias de tipo político, que le valieron el exilio en distintos países, pasando por Chile y terminando su vida en México por allá en el 2003. Este autor es conocido esencialmente por sus relatos hiperbreves o microrrelatos, ensayos y fábulas siempre cargados de ironía, que se caracterizan por una profunda crítica sociocultural y con bastante humor en sus relatos. Se convirtió en una figura literaria latinoamericana esencial y muy influyente en todo el espectro literario de su época. 


El microrrelato que nos convoca hoy, se llama “El eclipse”. La historia es muy sencilla, pero a la vez, es una profunda crítica a las ideas preconcebidas del conocimiento, el poder y la superioridad cultural. Fray Bartolomé es un sacerdote que está en una misión de descubrimiento del territorio Maya, y de pronto, es capturado por estos indígenas; y es por lo tanto, sometido a un ritual de tipo sacrificio humano. Para liberarse de esta situación, el fray cita a Aristóteles, respecto al conocimiento astronómico que de alguna manera, los europeos fueron herederos de lo que el filósofo griego enseñó y que se tradujo a modo de herencia cultural, en algún momento, a los sacerdotes colonizadores. Bartolomé, tratando de liberarse del sacrificio maya para poder, digamos seguir con vida, en este sentido, el fray anuncia que si lo sacrifican va a hacer que el sol se oscurezca. Los indígenas se quedan impávidos, no reaccionan y desestiman de alguna forma la advertencia que fray Bartolomé les acaba de dar y por lo tanto son totalmente indiferentes ante el anuncio, y deciden en el fondo hacer lo que tienen que hacer. En esencia esa es la historia de este microrrelato. Por otro lado, hay que tener en cuenta que fray Bartolomé es de una ignorancia presuntuosa respecto al conocimiento profundo que tienen los mayas de su entorno y del cielo; por ende, este colonizador europeo y su etnocentrismo reflejan una ignorancia topográfica que contrasta con la arrogancia intelectual del mismo fraile. En este sentido, los indígenas mayas se muestran con un rostro impasible y sin ninguna inflexión en el tono de su voz, según cómo lo plantea el narrador en la historia. Los indígenas mayas son vistos como poseedores de una dignidad silenciosa y un poder calmo. Estos indígenas manejan de alguna manera un conocimiento profundo que los europeos no sospechan. Bajo esta lógica, los mayas tienen un profundo entendimiento del cosmos y por lo tanto no se amedrentan ante la advertencia del fray. Este microrrelato es de alguna manera una parábola poderosa sobre la arrogancia colonial, que de alguna forma es un dar vuelta, es una dinámica que pone de cabeza ese poder que trata de ejercer Bartolomé hacia sus captores citando a Aristóteles. 


La ironía y el desenlace de este microrrelato radican en la confianza inicial de Bartolomé hasta su trágico final: la derrota de la luz del conocimiento europeo ante la sabiduría Maya es la característica de esta historia. Podríamos decir que el destino inevitable de Bartolomé y la contundencia de la lección que dan los mayas, se dejan notar fuertemente en el sentido en que se desafía la visión eurocentrista de la historia y celebra la complejidad y el valor de las culturas indígenas y el conocimiento de estos, que fueron subestimados durante la colonización por parte de los europeos y toda la tropa de sátrapas que secundaban a los colonizadores, encabezados por la Iglesia Católica. 


viernes, 4 de julio de 2025

Los Lemmings y la mentalidad de rebaño

Navegando por internet el otro día, me encontré con un cuento que me cautivó a penas leí las primeras líneas de escritura: Lemmings del escritor norteamericano, Richard Mathenson. Guionista y escritor de obras de fantasía, ciencia ficción y terror, se destaca por su obra Soy leyenda, que es adaptada al cine y que alcanza una importante resonancia en el séptimo arte hollywoodense. Este autor se destaca por iniciar su camino en la literatura en los años cincuenta del siglo XX, en California, publicando su primer cuento denominado Nacido de hombre y mujer, el que lo llevaría a ser reconocido posteriormente en el ámbito de las letras americanas. Está demás decir que este escritor, ya se encuentra muerto desde el año 2013, así que no se espere más de él. Acá sólo haremos referencia a un sólo texto del americano: “Lemmings”, publicado en 1958. 


Me centraré en explicar brevemente la trama del cuento, que por cierto es muy breve, y que el lector lo puede encontrar en el portal de lectura: Ciudad Seva. El cuento nos sitúa inmediatamente en el desconcierto y en el asombro, cuando dos policías (presumiblemente patrulleros de carretera gringa); se quedan mirando, atónitos, cómo una cantidad enorme de personas –casi incalculable– abandonan sus vehículos, y todos se dirigen al mar para adentrarse en él hasta desaparecer por completo en las aguas. Todos, aquellos que han dejado esa interminable hilera de autos deshabilitados, van camino a su desaparición, sin que nadie se pregunte o se cuestione el porqué de dicha decisión. Los dos policías; Reordon y Carmack, comienzan un diálogo inútil acerca del hecho para finalmente… Mejor no les comento el final del cuento, y les alimento un poco la curiosidad, para que ustedes mismos lean el texto. 

Hay varias cosas que me llamaron la atención desde el punto de vista narrativo y de la temática de este texto que me atrajeron. De partida el cuento se estructura desde un diálogo conciso y revelador; destacando en él una atmósfera de desconcierto y resignación. Acá se ve que la magnitud del evento que viven los policías, los deja en una falta de compresión total de lo que sucede, ellos no logran siquiera visualizar el porqué de lo que acontece. Para nosotros los lectores, el tener un acceso directo a las causas del hecho es imposible, porque el punto de vista de lo narrado es muy limitado: dos policías. Esto acrecienta la sensación de misterio y confusión. Como lectores vamos experimentando los eventos al mismo tiempo que los personajes. Acá no tenemos a alguien que nos vaya explicando de manera externa lo que va sucediendo, por lo tanto la migración y sus causas son inexplicables. 

Richard Mathenson, utiliza la poderosa metáfora o símbolo como eje central del relato, de ese mito; ya urbano, ya campestre, ya desconocido para muchos, de estos roedores denominados “Lemmings”; que se sacrifican en una procesión mortal dirigiéndose todos a su tumba acuática en el mar. Las razones de esa irracional conducta por parte de los seres humanos, en el cuento; es un paralelismo con estos roedores, que igual que los hombres en el relato, actúan de manera irracional, compulsiva y autodestructiva. 


El relato de Mathenson juega mucho con el suspenso y la atmósfera de fatalidad. La tensión va in crescendo desde las primeras líneas de escritura. La fatalidad se refleja en ese constante flujo de personas que se dirigen al mar para sacrificarse en aras de algo que no se sabe. Es como si esas personas vivieran un llamado irracional, similar a lo que sucede en La llamada de Cthulhu de Lovecraft, que los impulsa hacia lo demencial e irracional de su conducta. Los policías que ven este fenómeno, no dan crédito de lo que observan, por decirlo de alguna manera, y son incapaces de ejercer su autoridad para detener esa conducta en las personas. Esto, creo, se conecta mucho con lo que va a ser el clímax del cuento.

Otro aspecto es la descripción minimalista pero impactante de aquellos “miles de automóviles se encontraban embotellados…”, que nos dejan a nosotros, los lectores, una imagen clara y precisa del caos y de la desolación que proyecta la imagen central del relato. Recalcar que la descripción que desarrolla el autor es poderosa y efectiva. 

El norteamericano, se preocupa no sólo de las descripciones, sino que también de establecer una ironía dramática clara. No es que quiera adelantar información del desenlace del cuento, pero el lector tendrá que poner atención al personaje de Carmack. Hay una fuerza irresistible que ningún personaje podrá oponerse a ella. Todos sucumben ante esa potencia suicida, ¿qué harán los policías? ¿Cuáles son sus reacciones y reflexiones ante el fenómeno del cual están siendo testigos? En este sentido, el final del relato es abierto aunque ambiguo (en todo caso hay un cierre). No hay una explicación definitiva del fenómeno que se vive en el cuento. El misterio y la inquietud son un sello inconfundible que descoloca al lector. Desde esta lógica narrativa, es que manifestamos que el final del cuento es ambiguo; no queda para nada claro los orígenes del fenómeno y lo que motiva a los seres humanos, igual que los lemmings, a ese sacrificio masivo en las aguas del mar.

En definitiva, este relato nos invita a reflexionar acerca de la obediencia ciega de las masas, de esa escasa o nula capacidad de cuestionar lo que la mayoría piensa que es lo correcto, y por lo tanto, nos deja la invitación para ser auténticos en nuestras propias convicciones, y no dejarnos arrasar por el pensamiento colectivo, que por lo general no es la mejor brújula para tomar las mejores decisiones que la vida nos impone tomar. También como conclusión, y que no abordamos en detalle en este análisis, habría que destacar la indiferencia ante el horror y ante el suicidio colectivo, por parte de la masa. Además, hay una crítica social implícita relacionada con aquello que quizás perfilamos: la pérdida de la individualidad de las personas. Y hay algo muy curioso, que por cierto sería meritorio abordar en otro tipo de análisis; y es que el silencio es un protagonista oscuro en el cuento, el cual se manifiesta en el hecho de que nadie, ningún personaje que se sacrifica en el mar, no dice nada, ni un grito cuando se sumergen en el mar que les servirá como última morada. Todo es desconcertante en este relato de Richard Mathenson.       



La crudeza del "Barrio bravo" de Luis Cornejo

Leer “Barrio bravo”, libro de cuentos (1955) de Luis Cornejo, ha sido un recordatorio crudo y flagelante, acerca de la desgarradora pobreza ...