Por estos días he terminado de ver todas las sagas de Dragón Ball. Este animé, que primero fue un manga, ha tenido un impacto cultural profundo en la sociedad occidental, especialmente en la generación X, millenial, e incluso en algunos Z. Akira Toriyama, su creador, revolucionó el mundo de este tipo de expresiones narrativas, por allá en los años ochenta. Artes marciales, aventuras y también el humor están presentes en los distintos capítulos que esta serie nos presenta en cada saga; en donde las habilidades de Son Gokú (el protagonista), su carisma y su compromiso de superar sus propios límites, marcan algunos de los valores o principios que no deja esta serie animada.

Muchos podrían pensar acerca de cuál podría ser el legado o el aporte que han dejado estos “monos animados” a la sociedad. En cuanto a esto, reflexionemos respecto de este punto, haciendo un análisis más o menos riguroso de cada una de las sagas y los momentos más memorables que este animé nos presenta, cómo también su impacto cultural en nuestra sociedad.
En primer lugar, debemos hablar del pequeño Son Gokú, cuando éste llega al planeta Tierra, enviado por los sayayines; una raza de guerreros extraterrestres humanoides con fuerza sobrehumana, que son capaces de destruir planetas enteros con sus sorprendentes poderes. Estos guerreros, comandados por el rey Vegeta (padre del famoso príncipe saiyajin, que será la contraparte de Gokú a lo largo de todas las sagas. ¡Ya hablaremos de él! ), tienen como misión conquistar planetas y venderlos y entregar los réditos al emperador del Universo, Freezer, otro gran personaje de esta serie. Para cumplir este cometido, los sayayines envían a distintos guerreros de diferentes niveles de fuerza, cuando estos son apenas unos bebés de pecho, a los planetas que quieren someter. Es en este contexto donde el abuelo Gohan descubre a Gokú, solo, a los pies de la montaña Paoz. Este hombre comienza a criar al pequeño bajo las enseñanzas de las Artes Marciales y de los valores humanos. Al principio, el niño se mostraba arisco y malhumorado, con un carácter muy fuerte y autoritario con su abuelo adoptivo. Esto es el sello de los sayayines como una raza guerrera y sometedora. En uno de los paseos que habitualmente Gokú desarrollaba con su abuelo por montañas y campos, el niño se resbala de los brazos del hombre, y cae por un precipicio, golpeándose fuertemente en la cabeza. Su abuelo adoptivo lo atiende de la mejor manera hasta que el niño se recupera rápidamente. El cambio fue sorprendente en el pequeño: se transformó en un niño afable y bonachón. Es en estos momentos en que el infante sayayin sabe de la existencia de las esferas del dragón gracias a que su abuelo le habla de ellas. La persona que reúna cada una de las siete mágicas esferas, puede pedir cualquier deseo que se le ocurra. Esto, lo saben todos los fans, y también saben que el dragón Shen Long aparece y cumple el anhelo de quien lo convoca. Pero todo parte, en términos argumentales respecto del canon de Dragón Ball, cuando Son Gokú conoce a Bulma. Este personaje femenino resultará fundamental a lo largo de todas las sagas o partes que este animé tendrá. Es ella un personaje que pretende siempre buscar una solución tecnológica a los problemas que se presenten, por ejemplo, inventa el radar del dragón, objeto con el cual pueden buscar las esferas, y que sin él no podrían haberlo hecho nunca. Es ella, que ya cuando son adultos con Gokú, logra doblegar amorosamente al orgulloso y altanero Vegeta, príncipe de los sayayines, quien en sus inicios en la historia, se muestra como un enemigo poderoso y temible por su carácter despiadado y su indolencia extrema; no por nada fue lacayo de Freezer. Logrará Bulma formar una familia con él y también logrará hacer que Vegeta en cada momento en que está a punto de perder una batalla, que le costará eventualmente la vida, piense en ella y en su hijo Trunks (sabremos después que Bulma tendrá una hija, justo cuando comienza Dragón Ball Super, llamada Bra). Es Bulma un personaje tan carismático e inteligente, que incluso va a manipular con comida deliciosa al dios de la destrucción del universo 7, Beerus Sama, el cual tiene como debilidad los exquisitos platillos terrestres y las prolongadas siestas que toma, para que esta divinidad de alguna manera cumpla los deseos de la bella e inteligente Bulma.

Son Gokú desde muy niño vive importantes aventuras y luchas. En el transcurso de esas correrías es donde conoce a más amigos; así aparece Krilim, el maestro Roshi, Yamcha, Picoro Daimaku (Piccolo Jr.), Ten Shin Ham, etc. Es el Maestro Roshi uno de los personajes más emblemáticos, criticables y cómicos de este animé. Es el primer Maestro que tendrá Gokú a lo largo de toda su vida. Es él quien le enseña la gran técnica del Kamehameha; un ataque que se lanza acumulando la energía que se reúne en las palmas de las manos para luego lanzarla directamente a los rivales en las peleas. Los entrenamientos que el maestro Roshi o Kame Senin, siempre fueron muy rigurosos. Sin embargo, no tenían tal apariencia, ya que más bien eran trabajos domésticos del campo, y no obstante, estos entrenamientos lograban su objetivo: hacer más fuertes y hábiles a Gokú y sus amigos en las artes marciales. Este animé no está exento de polémica, ya que la actual cultural de la cancelación que está imperando en el primer cuarto de siglo XXI, ha hecho de un personaje que a todas luces es un viejo verde o un depravado (hablamos de Roshi), dado su excesiva compulsión hacia las mujeres, sobretodo si son jóvenes y hermosas, un sujeto cancelado socialmente por el motivo ya mencionado. Bajo está lógica no existiría un personaje así, en ningún tipo de caricatura o proyecto animado. Lo más probable es que en los años ochenta y noventa cuando el animé llegó a esta parte del mundo, el discurso subido de tono en cuanto cosificación de la mujer como objeto sexual y de explotación laboral, era algo normal y aceptado como natural. Hoy en día no es así. Hoy, todo es objeto de ser visto como el resultado de una ofensa. Es probable que el maestro Roshi hubiese sido puesto en el banquillo de los acusados, por el sólo hecho de dar vuelta su mirada para ver la figura de una mujer guapa. Es cierto: Roshi es un degenerado sin remedio, pero en la saga de Jiren, entrena su debilidad absoluta: las mujeres bellas y jóvenes, gracias a la ayuda de Puar. Este personaje es casi de tercera categoría, con una participación muy acotada a situaciones más bien infantiles, en cuanto a la trama se refiere. Puar (la mascota de Yamcha, que es un gato volador y parlanchín), tiene la habilidad especial de transformarse en cualquier objeto o ser. La prueba para purgar las pasiones de Roshi, y así ser digno de participar en el Torneo de la Fuerza organizado por Zeno Sama, el dios supremo de toda la cosmovisión del animé, es encerrarse en un pequeño cuarto con gato del guerrero Z, transformado en una apetitosa jovencita. A los ojos del maestro de Krilin y Gokú, esta es una prueba de total seriedad. En definitiva, Kame Senin, es un personaje con múltiples facetas. Sus variadas técnicas marciales son ya legendarias entre los fanáticos. El Mafuba, Kamehameha, entre otras son las expresiones de las mejores y más entretenidas maniobras marciales que muchos guerreros Z utilizan en momentos de apuro. La variedad de técnicas es también amplia como el número de personajes de esta historia. Desde bolas de energías de ki, hasta una luz cegadora potente, podemos encontrar en este divertido animé. Pero la cosa no queda acá; solamente en luces y sonidos de explosiones y fuerza y músculos, sino que Dragón Ball nos entrega valores insuperables, que solamente el ojo un poco más clínico y experto, puede percibir en el centelleante mundo de las luchas de esta serie animada.
La superación como clave del progreso
Este animé y seguramente también el manga, son el reflejo de algo más grande que simples peleas, rocas gigantes que se destrozan cuando son azotados contra ellas enemigos poderosos; es más que movimientos de artes marciales o situaciones cómicas, que por cierto, las tiene. Dragón Ball es ante todo un decálogo de valores y elementos de la cultura oriental y occidental: una mezcla que ha dado buenos réditos para la serie, que se proyecta en cada una de las sagas. La primera parte del animé, cuando Gokú se debe enfrentar a la Patrulla Roja: organización de tipo terrorista que nos hace recordar a la URSS con su estética y procedimientos de sometimiento social, es un punto en la historia en la cual la amistad, lealtad y la inocencia del pequeño Son Gokú, agradan al público. Por cierto, Gokú derrota a toda la Patrulla Roja, en donde encontramos una perseverancia inclaudicable del protagonista de terminar con la organización y liberar a todos los sometidos por ella. La lealtad de siempre ir en ayuda en las batallas y defender la Tierra de eventuales destrucciones, lo observamos cuando se presenta a un Gokú ya crecido (también cuando era pequeño, en momentos en que busca las esferas del dragón para revivir a Bora de la tribu Karinga, quienes custodian la sagrada torre de Karim), de unos veinte años aproximadamente, recién convertido en padre, que entiende que la defensa de su hogar va más allá de los suyos, sino que abarca todo el planeta en su preocupación. En términos de lealtad y amistad hay que destacar que el protagonista, incluso, apadrina a ciertos rivales que, en una primera instancia, se muestran como enemigos letales. Este es el caso de Vegeta. Cuando el príncipe de sayayines llega a la tierra junto a Napa. Se muestra cruel y despiadado. Intenta a toda costa eliminar a Gukú, hacerse de las esferas del dragón y traicionar a Freezer. Pero el orgulloso príncipe a medida que transcurre la historia, se da cuenta que los terrícolas son capaces de dar la vida por sus amigos. Es en este contexto, cuando Krilim muere (por primera vez) y como consecuencia, Son Gokú desata toda su furia contra el emperador del universo, Freezer. En estos momentos en el cual Kakaroto (el nombre por el cual Vegeta siempre ha identificado a Gokú) supera sus propios límites y se convierte en el Súper Saiyajin, tras el cruel asesinato de su amigo de infancia, y derrota al cruel personaje de Freezer, que a la luz de los años se ha transformado en un personaje de culto.
Cuando el planeta de los Namekusei está a punto de explotar, todos los sobrevivientes y muertos por el antagonista de esa saga (Freezer), son revividos y trasladados a la Tierra por gracia de las esferas de Namekusei. Cuando ya todos están a salvo en el planeta tierra, Vegeta siente por primera vez el cariño y la preocupación por su persona, de parte de una mujer. Bulma acoge en su casa a todos los Namekusei sobrevivientes del desastre junto con Vegeta, el cual ya ha cambiado en algo su actitud arisca y orgullosa, y acepta la invitación de la mujer para que se dé una ducha, se cambie de ropa, coma algo y viva con ellos. La invitación de chica adinerada de la sería, viene con una advertencia: Vegeta no se puede “enamorar" de ella. Es aquí donde el personaje de Vegeta comienza a evolucionar, aunque su forma de ser en esencia se mantiene: un ser de mal humor y antisocial. Más adelante en el animé, veremos que Vegeta, formará familia con Bulma, tendrán un hijo, Trunks. Es en la saga de Majin-Boo donde el segundo sayayin más fuerte se entregará por completo, sin antes dejarse manipular por el mago Bobbidi. Cuando Gokú increpó a Vegeta, respecto del porqué se dejó manipular por el nefasto mago, el orgulloso príncipe sayayin, le manifiesta que sólo quería volver a ser el sayayin despiadado y orgulloso que siempre había pensado que sería y que fue alguna vez. Él no se había dado cuenta en qué momento formó una familia, ni cuando se transformó en uno más de aquellas “sabandijas” amigos de Kakaroto. Vegeta logra superarse, no sólo en fuerza, sino moralmente, porque él cree que sacrificándose en una gran explosión de energía eliminará al poderoso Majin-Boo. Y esto lo hará por primera vez por otros. En ese momento se despide mentalmente de Bulma (que siempre la tiene en sus pensamientos en los momentos más críticos), Trunks y, por cierto, de Kakaroto. Recordemos que la deidad del Supremo Kaiosama es quien pone en alerta a los guerreros Z respecto a esta situación en el Torneo de Artes Marciales. En este evento, Vegeta, destruye galerías repletas de público, pero más adelante, el príncipe de los sayayines, solicita que revivan a toda la gente que por su culpa han muerto por su mano. Es claro que Toriyama siempre mantuvo sus convicciones respecto de transmitir la redención de personajes entrañables como Vegeta. Pero, ¿Por qué un personaje como este es tan querido por la audiencia? Sencillamente porque representa lo que son las personas de alguna forma. El ser humano puede llegar a ser orgulloso, mal genio, gruñón, etc. Son estas cualidades, aunque sean negativas, imprimen un carisma especial a Vegeta, como también las tiene Son Gokú, pero en un sentido totalmente diferente al del orgulloso príncipe.

En general los guerreros Z destilan en sus vidas valores que actualmente la sociedad está careciendo. Piccolo Jr., que en sus inicios, cuando fue niño y adolescente, se muestró como un villano, ya que su padre, el original Piccolo Daimaku, en el momento en que es derrotado por un infante Gokú, da vida a Piccolo Jr. a través de un huevo que expulsa por su boca antes de morir. Piccolo padre, le encarga a su hijo el mal y la venganza contra Gokú. Sin embargo, Piccolo Jr. crece y con el paso del tiempo piensa en derrotar al padre de Gohan y convertirse en el ser más poderoso de la tierra. Evidentemente en este escrito no vamos a dar grandes detalles de ciertos orígenes de personajes como Piccolo Jr.. Eso lo vamos a dejar a ustedes. Vean el animé y si pueden lean el manga. Posteriormente ya avanzada la trama, Piccolo Jr. se muestra inteligente, poderoso y con alto sentido de la justicia, y por cierto, es más que un aliado de Son Gokú, se transforma en su amigo, uno de los más cercanos (vean las últimas películas de Dragón Ball y sabrán de qué hablo). Es este personaje otra muestra de la superación moral de la cual hablaba anteriormente. Es evidente que son personajes dinámicos en el sentido ético, y eso, lo trata de proyectar el autor en la trama de cada una de las sagas. Un ejemplo del concepto que aplicamos de “sentido ético”; es el mensaje que deja el final de la saga de Jiren. Resulta que el Androide n°17 gana el Torneo de la Fuerza, pues es el último en mantenerse en lo que quedaba de plataforma. Éste era uno de los requisitos para ganar el Torneo. Sabemos que el deseo que planea pedir el Androide n°17, mientras lucha encarnizadamente en pleno Torneo, era un viaje en crucero, todo pagado, junto con su familia a un lugar paradisiaco. También sabemos que, en el momento en el cual el Gran Sacerdote le comunica al androide que debe pedir su deseo, éste cambia a última hora lo que va a pedir, y decide que todos aquellos universos que quedaron eliminados en el torneo, vuelvan a la vida, ya que la gran sentencia establecida por Zeno Sama, fue eliminar, es decir, borrar de la existencia a todo aquellos universos que sus luchadores hayan perdido ante otros guerreros. La Androide n°18 corre rápidamente hasta donde está su hermano gemelo, y lo increpa levemente por el cambio de parecer en su deseo, a lo cual interviene el Gran Sacerdote, diciendo a todos los presentes: “Ese deseo fue una elección sabía. Si el deseo hubiera sido egoísta, los Zenos habrían destruido todo el multiverso sin dudarlo”. La sorpresa y admiración de Daishinkan por el deseo altruista de 17, no deja indiferente a nadie. Los Zenos Sama tanto del presente como del futuro, ponen a prueba la moralidad de los participantes. De esta manera se entiende que Akira Toriyama le da mucha importancia al “sentido ético” del actuar de sus personajes, destacando siempre la enseñanza de valores que se encuentran tanto explícita como implícitamente en las tramas de las diferentes sagas.

Nuestra intención al hacer un pequeño análisis de la moral de Dragón Ball, no es panfletario, sino más bien es la real convicción de evidenciar que estos dibujos animados o mangas o animés, es algo más que fuerza, poder, artes marciales y explosiones tipo nucleares. Es en el fondo la proyección del esfuerzo, por parte del autor, de dejar un legado más profundo en aquello que es visto sólo como una mera entretención de adultos y niños, por la espectacularidad de una trama envolvente. Al parecer el animé como el manga han logrado pasar con éxito la prueba del tiempo, porque ya han pasado casi cuarenta años desde su aparición en occidente, y aún, sigue el enamoramiento en aquellos niños de los ochenta, y actuales adultos, cómo también ha ido cautivando a nuevas generaciones con un mensaje que pretende dar a conocer valores y principios que los protagonistas de esta historia no pretenden hacer olvidar al público a nadie que mire con otros ojos a esta apasionante historia.